lunes, 26 de septiembre de 2011
La gente de arriba
domingo, 25 de septiembre de 2011
La supremacía de las máquinas
jueves, 15 de septiembre de 2011
Corazones Rojos
Tercero: Ahora sí, parto.
Siempre que pienso cosas como estas creo que debería escribirlas en un blog...pero soy pésima con la constancia, y al final eso es lo que cuenta en un blog.
Lo intentaré.
No es que yo sea conversadora, pero es que ella me cayó bien, y además, para distraerme del dolor, bienvenida conversación.
Hablamos de todo un poco, y al final terminamos conversando de cosas familiares bastante íntimas. Lo siento pero nunca puedo dejar de hablar de mi papá y nuestra malograda vida familiar...y ella tampoco dejó de hablar de la suya.
Desde que mis papás se separaron, mi papá ha fallado como padre, no ha sabido enfrentarlo y no ha sabido recuperar a sus niños (me refiero a mis cuatro hermanos más chicos). El esposo de ella se fue con otra mujer, pero ahora está de vuelta en la casa y está bien enfermo.
Resumiendo: dos hombres que han sido insuficientes en el tema familiar. Y esto es lo que pienso, humildemente: puede que haya toda una generación de hombres malograda. Conozco muchas hijas de mi edad, o por ahí, que tienen papás que fallaron: una prima, una amiga, otras primas de otro lado...Especialmente las mujeres de mi familia (madre, tías) han tenido re-mala suerte, han salido puros pastelazos.
Creo que esa generación de hombres fue criada por madres que les hicieron todo en la vida, que les enseñaron que la mujer les tiene que servir, y ellos, ley del mínimo esfuerzo..."si total, yo trabajo", como solía recordar mi papá. Entonces hay cero reciprocidad en la casa, que es por donde creo empiezan a fallar las relaciones.
Bueno, es tema sensible, y todas las familias son distintas, pero así lo veo yo.
Muchos de esa generación vivieron el mundo de la mujer que sirve, sin servir nunca ellos, y cuando las mujeres empezaron a salir a trabajar remuneradamente, empezaron a ganar su propia plata, empezaron a pedir ayuda en lo doméstico, o simplemente reciprocidad, ellos no pudieron adaptarse. Cambian lento los hombres, creo, les cuesta darse cuenta, les cuesta adaptarse a "los nuevos tiempos", a ese cambio que no sé de dónde viene, pero transforma las relaciones sociales, y cuestiona las posiciones de poder.
No es que machistamente esté pensando que las mujeres tienen la culpa (again), pero creo que sí, que la influencia de esas madres pudo, y de hecho, moldeó hombres poco capaces de cambio, poco capaces de amabilidad doméstica y entrega.
Ah! y el título es "Corazones Rojos", porque esto lo había pensado hace días...y me había chantado de nuevo con la idea de escribirlo. Pero ahora cocinaba (jaja, trabaja esclava!) y escuché esa canción de Los Prisioneros, expresando esa perpetuidad del sometimiendo de la mujer a la voluntad del hombre, con el lapidario verso de que esto va a seguir así, porque Dios también es hombre.