lunes, 26 de septiembre de 2011

La gente de arriba

Robert Frank

Cada día quedo más impresionada de escuchar hablar a esta gente. Y comprendo más que yo soy del otro lado.

Conversan sobre la ley de postnatal, y tienen la tradicional convicción de la gente que siempre ha sido jefa, de que el trabajador lo único que quiere es cagar al patrón. Que las mujeres son tramposas con las licencias, que se aprovechan, que llegan a una pega nueva y que lo primero que hacen es preñarse. Yo no entiendo, si ellas mismas andan con guata y se embarazan como si estuvieran programadas. (Porque embarazarse es tema, y tener cuántos y a qué edad.)
Lo que pasa es que ellas jamás le han trabajado a alguien como una oficinista, horario completo y largos tiempos de traslado. La modalidad freelance del trabajo de la niña bien no las expone a sufrir los rigores del asalariado común.
Pero me impresiona esa convicción férrea de la mala intención y malicia del obrero. Son todos unos aprovechadores.

Soy testigo todos los días de conversaciones sobre nanas. Todos los santos días. Que peleo con la nana, que me cae mal la nana, que llega tarde la nana.
Y ahora que se va a modificar la ley "en favor" de las asesoras del hogar, cómo no iba a ser tema. Porque ahora odian a la Matthei, porque "yo soy buena con mi nana, a las 9 yo ya le digo que se vaya a acostar...lógico que el sábado mínimo sirva el almuerzo."
No termino de entender que les moleste tanto que se valore el trabajo cotidiano, casero y manual...no digo que esta modificación a la ley lo haga, sino que hasta es tema el que "pero si mi nana está super bien pagá, con 17 lucas diarias, como 320 líquido mensual"...
Y se las "pasan", de mamá a hijas, entre parientes cercanas como si fueran patrimonio familiar.

2 comentarios:

Vian dijo...

A mí me ofrecieron un trabajo el otro día... Se trataba de reforzar el español en niños que tenían acento peruano debido a las nanas.
Las mamás estaban indignadas y hasta echaron a algunas de ellas, por no preocuparse realmente de sus hijos...
Fui hasta la casa sin saber del tema, me lo explicaron mientras una nana servía bebidas.
Me guardé el discurso moral improvisado y se los estoy escribiendo ahora, en vez del proyecto que debía enviarles.
Por la tarde me emborracho y lo terminó, para que fluya mejor eso que no logro asimilar. Sinceramente no lo logro asimilar.

Matt dijo...

Honestamente, te admiro chiquilla. Ser periodista, y mujer, es como doble pecado en estos días. Hasta que tengas 50, nadie te va a querer contratar por miedo a que quedes embarazada... y es la cruda realidad, porque al final todos podemos vivir un poquito más de tiempo boleteando y permitiendo que nos pasen a llevar nuestros derechos.
Si yo fuera ministro de trabajo de este paisucho, en serio... aboliría el sistema por boletas y todos tendrían que por obligación contar con contrato como la gente. Y con trato digno, ¡¿qué es esa cuestión de contratar profesores para quitarle el acento peruano a los cabros chicos?!