viernes, 27 de junio de 2008

Susanita

Tenía cita con ella en su oficina.
De nuevo.
Hacía un calor insoportable, lo que le permitía estar en faldita. Siempre tan coqueta. Tan estilosa, con sus chalecos que imagino que compró a un precio indecible. Tan rubia-ceniza, como todas.
Igual me gusta, es ocurrente, es inspirada, es pensadora al hablar. Me gusta ver sus películas.
Me acuerdo de que Mafalda tiene una amiga que se llama igual, aunque no tienen ningún parecido.
Tan linda ella, tan rubia-ceniza.
Me siento a montañas de distancia. Tan rubia-ceniza ella y yo tan proletaria.
Igual me invita maní confitado, que le trajo su (quizás) novio como de película.
Y me siento menos en el Olimpo cuando lo hace sonar mucho mientras mastica. Creo que come como los gringos de las películas, desenfadada, despreocupada.
Parece que me hace sentir menos chica, como que triturar el maní con la boca abierta nos deja a las dos al mismo nivel de glamour.

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